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La banda británica Coldplay era el plato fuerte del espectáculo durante el intermedio del Super Bowl, pero fue la cantante Beyoncé la que se robó el show.
La artista estadounidense presentó su nueva canción "Formation", que hace referencias directas a la condición de los afroamericanos en EE.UU., con una coreografía alusiva al activismo radical negro de los años 60.
Un día antes del evento, Beyoncé lanzó un polémico video de la misma canción que empieza con una alusión al supuesto olvido de parte de las autoridades de las comunidades negras en Nueva Orleans, tras la devastadora inundación causada por el huracán Katrina, en 2005. (Agencias)