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Se trata del bogavante azul, una rareza de la naturaleza que se produce, en uno de cada dos millones de ejemplares.

Wayne Nickerson, un pescador de Massachusetts, encontró el pasado lunes un extraño bogavante de color azul zafiro. El estadounidense ha necesitado 35 años de experiencia laboral para encontrarse con un ejemplar de este tipo, una rareza de la naturaleza que se produce debido a una alteración genética.
Se trata del bogavante azul, una rareza de la naturaleza que se produce, según Rob Byer, director ejecutivo del Instituto de la Langosta de la Universidad de Maine, en uno de cada dos millones de ejemplares.
El color normal de este crustáceo va entre el marrón y el marrón-verdoso, colores que le permiten camuflase de los depredadores en el fondo marino. Esta anomalía se produce por un exceso de crustocianina, una proteína que le confiere ese color, o por la alimentación en peceras.
Pero no es el bogavante más raro, el naranja y el albino lo son aún más. Del primero solo se encuentran uno de cada 10 millones y del segundo, uno de cada 100 millones. (Economista.es)