
El Trofeo PUIG VELA CLASICA se desarrollara en las aguas de la costa de Barcelona en donde cerca de 300 regatistas y treinta barcos de 9 países asegurarán el nivel competitivo.
Miles de turistas y locales podrán disfrutar del evento desde el Port Vell, la Barceloneta o el Port Olímpic.
Todo está listo para el comienzo de la XV edición de la Regata Puig Vela Clàssica Barcelona.
Durante los próximos cuatro días (tres de ellos de competición) una treintena de los barcos clásicos más relevantes de la vela clásica internacional se darán cita en los muelles del Real Club Náutico de Barcelona (RCNB).

El pronóstico del tiempo espera sol, calor, brisa ligera del sur o suroeste y mar plano. El primer día de carreras comenzará el jueves 14 de julio a las 13:00 horas. La participación de más de 300 regatistas de nueve países diferentes asegura verdaderamente el éxito internacional de la regata y promete un altísimo nivel de competitividad. En este sentido, cabe destacar la presencia de diferentes ganadores de ediciones anteriores como Halloween, Alba, Yanira o Islander. Así, la Regata Puig Vela Clàssica demuestra las excelentes condiciones de Barcelona, una vez más, para acoger un evento náutico tan singular, ya que esta regata está considerada como el evento náutico más importante de España.
UNA COMPETICIÓN DESAFIANTE CON LOS MEJORES BARCOS GRANDES, CLÁSICOS Y DE ÉPOCA
Los participantes de este año provienen de España, Francia, Italia, Inglaterra, Irlanda, Malta, Alemania, Suiza y Estados Unidos. La Regata Puig Vela Clàssica Barcelona supone la participación de las tres grandes clases de barcos de su tipo en función del modelo y año de construcción de los barcos según las normas del Comité Internacional del Mediterráneo (CIM): Barcos de Época: barcos botados hasta el 31 de diciembre , 1949 y según los proyectos originales; Embarcaciones clásicas : botadas entre el 1 de enero de 1950 y el 31 de diciembre de 1975; y Grandes Barcos: Embarcaciones de Época y Clásicas de eslora igual o superior a 23 metros. Todos los contendientes son auténticas joyas náuticas y tienen historias fascinantes a sus espaldas, como el Kahurangi, construido en 1952 y buque insignia del Real Escuadrón de Yates de Nueva Zelanda durante muchos años. Otro barco a destacar es la Niña Luisita, botada en 1932 y declarada Patrimonio Vivo del Mediterráneo por la UNESCO gracias a la conservación íntegra de su interior, o la Veronique, construida en 1907 y participante incesante de regatas desde hace 115 años.