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Estabilidad política, bajos niveles de corrupción y un dinamismo económico iniciado en dictadura (1973-1990) basado en menos Estado y más exportaciones han convertido a Chile en un modelo que líderes como el ultraconservador brasileño Jair Bolsonaro aspiran a imitar.

(AFP) – ¿Hay un modelo chileno? "Es un error hablar del modelo chileno, como si desde (Augusto) Pinochet hasta el actual presidente Sebastián Piñera hubiera habido las mismas políticas económicas", dice el economista Ricardo Ffrench-Davis.
"Hay cosas comunes que se mantienen a lo largo del tiempo y estándares, pero hay cambios muy sustanciales, tanto de políticas como de reformas", dice a la AFP este economista chileno, autor del libro "Reformas económicas en Chile, 1973-2017" y profesor de la Universidad de Chile.
Desde que en 1975 Pinochet recurrió a los ‘Chicago boys‘, alumnos del economista ultraliberal norteamericano Milton Friedman, para diseñar un modelo que rompiera con el proyecto socialista de su predecesor Salvador Allende, contra quien dio un golpe de Estado militar el 11 de septiembre de 1973, el país ha ido adaptando sus políticas a la realidad social.
Redujo el Estado a la mínima expresión, vendiendo empresas públicas y privatizando servicios básicos como la salud, la educación y sobre todo las pensiones, con la introducción en aquel entonces de un sistema de capitalización individual que han copiado varios países de la región y que ahora, con la primera generación de jubilados, muestra sus limitaciones.
En los últimos años, las presiones de estudiantes exigiendo educación gratuita y -más recientemente- el reclamo popular para reformar el sistema de pensiones, que hoy entrega jubilaciones bajísimas, han obligado a los gobiernos a dedicar mayores recursos del Estado
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