El estrés y la ansiedad afecta al sistema digestivo, que actúa como un "pequeño cerebro", explican en la Clínica Universidad de Navarra.
(Expansion.com).- "Cuando tenemos preocupaciones o en momentos de ira, estrés o ansiedad, por ejemplo, notamos que a nivel del estómago se paraliza el vaciamiento gástrico y se tienen nauseas y en el intestino grueso aumenta la motilidad y se manifiesta en forma las diarreas", explica Ramón Angós, especialista enDigestivo de la Clínica Universidad de Navarra. En el intestino delgado se nota más sensibilidad y se incrementa el dolor y la flatulencia.
Debido a esta íntima conexión, al aparato digestivo se le conoce también como "pequeño cerebro". "El aparato digestivo tiene un sistema propio de inervación que está formado por 500 millones de neuronas y es como la extensión del cerebro".
Reducir los estresantes que provocan esas situaciones es tan fundamental como cuidar la dieta "evitando alimentos flatulentos, grasas, especias picantes, comidas copiosas. También es bueno intentar reducir el tabaco y alcohol. Aconsejamos también hacer comidas frecuentes y de poca cantidad. Y, por supuesto, hacer ejercicio".