Los turistas extranjeros podrían estar mostrando su disconformidad con el presidente Trump al planear llevarse los dólares ahorrados para sus vacaciones a otros destinos. Según Tourism Economics of Wayne, Pa, EE.UU. puede recibir 4,3 millones de turistas menos del extranjero en 2017, respecto del año anterior, por la ira y la inquietud que suscita Trump, particularmente por la primera prohibición de entrada a viajeros de la mayoría de países musulmanes. Esto se traduce en la pérdida de 62.000 puestos de trabajo y una reducción de los ingresos de 7.400 millones de dólares, según Tourism Economics, que analiza datos para predecir y medir la actividad turística para clientes públicos y privados del sector turístico.
Desde que un tribunal suspendiera su primera orden ejecutiva sobre viajes, Trump ha revisado el documento y ha excluido a Irak de la lista de países vetados, entre otras enmiendas. Seguramente, la nueva ley seguirá suscitando objeciones legales por parte de quienes piensan que son cambios menores respecto del texto anterior.
Tras dicha primera orden, entre los episodios más sonados en los puntos de control de viajeros e inmigrantes en EE.UU. se incluye el interrogatorio al hijo del boxeador Muhammad Ali el pasado 7 de febrero en Fort Lauderdale, Fla. y la detención de la autora australiana de literatura infantil Mem Fox en el Aeropuerto Internacional de Los Ángeles el pasado 23 de febrero. Los representantes del sector turístico han expresado su preocupación por el hecho de que estos incidentes puedan echar más leña al fuego de la política de Trump y que acaben desanimando a potenciales turistas. «Es la retórica del presidente de America first, el proteccionismo comercial, el muro con México» afirma Adam Sacks, presidente de Tourism Economics. ForwardKeys, que trabaja con Tourism Economics, acuñó el término «Trump Slump» (algo así como el «batacazo Trump») para describir este fenómeno. (Finanzas.com)