Infiltradas en el burdel: así trabajan las monjas que se hacen pasar por prostitutas para salvar esclavas sexuales

"Estas hermans no confían en nadie. Ni en gobiernos, ni en corporaciones ni en la policía local. En algunos casos no confían ni en los clérigos masculinos. Trabajan en los clubes y nadie más saben que están allí", explica John Studzinski, el banquero y filántropo que preside Talitha Kum. Esta organización se compone por 1.100 monjas que se han infiltrado en prostíbulos de al menos 80 países con un solo objetivo: liberar a víctimas del tráfico y esclavitud sexual, según Fox News.
Según los datos oficiales, esta lacra afecta a alrededor de 73 millones de personas, de las que el 70% son mujeres (la mitad, con 16 años o menos). "Algunas son encerradas días sin comer u obligadas a comer sus propias heces si no cumplen con los 12 clientes diarios que les exigen sus explotadores", cuenta Studzinski.
Talitha Kum ("criar hijos", en árabe) también recolecta dinero para comprar niños a los que sus padres han vendido para ser esclavos. "Hay una nueva red de casas para niños en todo el mundo que serían vendidos de no estar allí. Es impactante, pero es real", sentencia. (+Economista.es)