Corea del Norte ha duplicado el número de tropas de artillería en la frontera. Corea del Sur ha ordenado la vuelta de sus aviones militares en Alaska. El intercambio de fuego de artillería esta semana ha provocado la mayor etapa de tensión en años entre ambos países.
Tras el suceso, la capital norcoreana, Pyongyang, lanzó varias amenazas de ataque a Seúl (capital surcoreana), por lo que ambas partes se mantienen preparadas para un posible combate a pesar de las conversaciones que están manteniendo. En plena tensión, altos funcionarios de ambos gobiernos llevaron a cabo la tarde del sábado una reunión en la aldea de la tregua de Panmunjom para tratar de buscar una solución a la crisis.
Las delegaciones de Corea del Norte y Corea del Sur han logrado un acuerdo para rebajar la tensión en la zona fronteriza, según informa la agencia de noticias oficial surcoreana, Yonhap.
Ambas partes iniciaron el sábado contactos de alto nivel que finalmente han fructificado en un documento en el que Corea del Norte expresará que "lamenta" lo ocurrido por las minas terrestres colocadas y Corea del Sur se compromete a poner fin a las emisiones propagandísticas con altavoces.
Pyongyang exigía el fin de las emisiones de propaganda desde el sur a través de altavoces iniciadas después de que dos militares surcoreanos resultaran heridos por la explosión de una mina. Las emisiones propagandísticas con altavoces llevaban once años suspendidas.