El año electoral 2020 podría ser el año de la próxima recesión de los Estados Unidos.

Fuertes recortes de impuestos, mayor gasto gubernamental y un robusto crecimiento global deberían contribuir a aislar la economía de una recesión en los próximos dos años a pesar de la caída del mercado de la semana pasada. Eso permitiría que la expansión que comenzó en 2009 se convirtiera en la más prolongada de la historia estadounidense.
Pero después de eso los economistas advierten que hay que tener cuidado. El declinante estímulo fiscal, tasas de interés más altas y en aumento y un agotamiento de la demanda mundial podría hacer la economía vulnerable a una contracción justo a tiempo para la campaña presidencial. "2020 es un verdadero punto de inflexión", dijo Mark Zandi, economista jefe de Moody's Analytics, en West Chester, Pensilvania. (Bloomberg)