Después de que los máximos representantes del Parlamento Europeo y la Comisión Europea cerraran la puerta a la independencia de Cataluña, el presidente del Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH), Guido Raimondi, dio ayer su apoyo implícito a España a la hora de afrontar cualquier desafío legal con el imperio del Estado de Derecho. Raimondi consideró ayer en una conferencia en Madrid que este concepto supone «una muralla que se levanta en el camino de la tiranía». De esta forma, Raimondi se manifestó en los mismos términos que el presidente del Tribunal Constitucional (TC), Juan José González Rivas, ayer en una conferencia celebrada en Madrid.
«Esta jurisprudencia (la del TEDH), y ahí estoy de acuerdo con lo que ha dicho el Presidente del Tribunal Constitucional, es más que un control estrictamente jurídico. Fijando los estándares mínimos de la protección de los derechos humanos en nuestro continente, esta jurisprudencia es en cierta forma la guardiana de la identidad europea. Una identidad basada en el Estado de Derecho, los derechos humanos y la democracia pluralista. En ese sentido se puede decir que ella es una muralla contra la tiranía», ha subrayado Raimondi, durante una de sus intervenciones en el III Seminario conjunto Tribunal Constitucional-Tribunal Supremo, en el marco de la conferencia magistral titulada «Multiculturalidad y margen de apreciación por las jurisdicciones nacionales».
Tajani y el Parlamento Europeo
El presidente del Parlamento Europeo, Antonio Tajani, fue uno de los primeros en mostrar su apoyo contundente al imperio de la ley frente al desafío secesionista. Ya en octubre, en uno de los momentos más críticos del «procés», afirmó que «ningún país europeo pretende reconocer Cataluña como un Estado independiente» y alertó sobre las «pequeñas patrias», que consideró «restos del pasado».
De hecho, en una entrevista publicada entonces por el diario italiano «Il Messaggero», Tajani aseveró que «incluso Theresa May, en pleno Brexit, dijo que Reino Unido no reconocerá nunca a Cataluña».
Juncker, contundente
La Comisión Europea, a lo largo de estos meses de desafío soberanista, también ha utilizado todo tipo de sutilezas para enviar el mensaje de que no aprecia las tendencias separatistas del nacionalismo catalán. Lo ha dicho con palabras amables, con gestos diplomáticos y con todo tipo de declaraciones, pero hasta ahora los destinatarios del mensaje no han querido oír nunca lo que les decían desde Bruselas. (+ABC.es)