La FIFA ha hecho llegar hoy una serie de documentos a las autoridades estadounidenses en un esfuerzo por recuperar varios millones de USD sustraídos de forma ilegal por diversos miembros corruptos de la FIFA y otros funcionarios del mundo del fútbol.
En su condición de "víctima" [1], la FIFA ha presentado formalmente ante la Fiscalía General estadounidense y la Corte Probatoria del Tribunal del Distrito Este de Nueva York la correspondiente petición de restitución [2], en la que reclama daños y perjuicios a los 41 ex oficiales de la FIFA y de otros organismos del fútbol, entre ellos, a Chuck Blazer, Jack Warner, Jeffrey Webb, imputados en la instrucción en curso del Departamento de Justicia de EE. UU.
"Los condenados abusaron de los cargos de confianza que tenían asignados en la FIFA y en otros organismos internacionales futbolísticos, con lo que causaron daños graves y permanentes a la FIFA, a sus federaciones miembro y a toda la comunidad futbolística. Las cantidades detraídas pertenecían al fútbol de todo el mundo y tenían por destino el desarrollo y la promoción de este deporte. FIFA, como órgano rector del fútbol mundial, quiere recuperar este dinero y haremos lo que sea necesario, cueste lo que cueste", declaró el presidente de la FIFA Gianni Infantino.
La FIFA estima que los imputados desviaron de forma ilegal, por medio de chantajes, sobornos y tramas de corrupción, como mínimo varias decenas de millones de USD. A medida que la investigación avance, es muy probable que la cantidad sustraída vaya en aumento. El Gobierno estadounidense ya ha anunciado que las cantidades confiscadas podrían cubrir las reclamaciones de la FIFA por daños y perjuicios.
La FIFA confía en que no solo le sea restituido el dinero detraído por los imputados para enriquecerse de forma ilícita, sino también los honorarios, los complementos y los bonus abonados durante el desempeño de sus respectivos cargos en la FIFA y en otros organismos futbolísticos. Del mismo modo, la FIFA reclama una indemnización para compensar el daño que sus actos han causado en la institución como marca, en su reputación, su propiedad intelectual y sus relaciones comerciales.
"Los fondos sustraídos por los imputados no solo pertenecían a la FIFA, sino que también eran de los futbolistas, los entrenadores y de los seguidores de todo el mundo, quienes se benefician de los programas que la FIFA pone en marcha para desarrollar y promover el fútbol. Ese dinero iba a destinarse a la construcción de campos de fútbol, no a levantar mansiones con piscinas; era para comprar material futbolístico, no joyas y coches; y para financiar el desarrollo de jugadores y entrenadores jóvenes, no para que los funcionarios del mundo del fútbol y del marketing deportivo llevaran un tren de vida fastuoso. Una vez recuperado todo ese dinero, se destinará para lo que estaba previsto: para fomentar y desarrollar el fútbol internacional", concluyó Gianni Infantino.