
En España, hay más de 3 millones de trabajadores extranjeros afiliados a la Seguridad Social, representando una parte significativa del crecimiento del empleo en los últimos años y una contribución clave a la economía
Con los flujos previstos, la población en edad de trabajar caerá casi un 7% hasta 2050
España se aproxima a la fecha que va a marcar el reto económico de las próximas décadas: el año 2029. Este es el ejercicio en el que va a comenzar a descender la población en edad de trabajar, entendida como personas que tienen entre 16 y 66 años, según las proyecciones del INE y la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF). Un proceso que la llegada de inmigrantes podrá compensar solo parcialmente, pese a ser el elemento clave para sostener el número de trabajadores en activo por pensionista.
El organismo que preside Cristina Herrero estima que el número de llegadas tendría que incrementarse en un millón de personas hasta 2050 para mantener la tasa de dependencia (la relación entre las personas en edad de trabajar y dependientes) en 48,2%. Sin embargo, los flujos de llegadas para las próximas décadas tanto de estos dos organismos como de Eurostat no son tan optimistas, lo que supone un reto para el sistema público de pensiones, ya que la población en edad de trabajar se reducirá en un 7% de aquí a 2050 hasta las 30.647 personas
Un 57% de los empleos generados hasta el mes de septiembre están ocupados por un trabajador con una nacionalidad diferente a la española, según los datos difundidos por Seguridad Socia (El economista.es)