Derrotó al Atlético en una final que llegó a la prórroga gracias al gol de Ramos en el 93’ y que se decidió con los goles de Bale, Marcelo y Cristiano Ronaldo.
Real Madrid reina en Europa. Han transcurrido 12 años, pero la espera ha merecido la pena. Los blancos alzaron la Décima al cielo de Lisboa después de un partido vibrante, físico, sin tregua y que se decidió en la prórroga. Si Ancelotti soñaba con un encuentro parecido al de Múnich, ya sabe que la realidad a veces supera a la ficción y obtuvo como respuesta una inmensa entrega de los suyos. El equipo estuvo de matrícula de honor sobre el césped y la afición no lo fue a la zaga en las gradas.
Alberto Navarro (LISBOA).- Los madridistas tuvieron la posesión y su rival la fortuna en la primera mitad. Demasiada para lo que hizo sobre el césped en los primeros 45 minutos. De hecho, y hasta la jugada embarullada que terminó en el gol de Godín, los blancos dispusieron de dos claras ocasiones.
Oportunidades
La primera fue de Cristiano Ronaldo. La falta que lanzó el portugués en el 28’ terminó en las manos de Courtois. Cuatro minutos más tarde Bale protagonizó la más clara, pero su disparo desde el punto de penalti después de una carrera de 30 metros no encontró portería.

El Real Madrid merecía el gol, pero llegó para el Atlético. Córner que despejó la defensa madridista y llegó a Juanfran, que de cabeza y desde la frontal volvió a poner el esférico en el área. Godín, que se encontraba en el punto de penalti, peinó y sorprendió a Casillas. Todo se ponía en contra, pero aún quedaban 45 minutos y el perenne espíritu de lucha hasta la extenuación que lleva implícito este escudo para remontar.
Con los gritos de “¡Sí se puede!” recibieron los aficionados blancos a su equipo tras el descanso. El Real Madrid se fue arriba a por el empate y el primer disparo entre los tres palos fue de nuevo suyo. Cristiano Ronaldo lanzó la falta en el 54’ y Courtois la despejó a córner. Ancelotti se jugó el todo por el todo y cuatro minutos más tarde  dio entrada a Marcelo e Isco por Coentrão y Khedira.
Asedio total
Las ocasiones se sucedían para los madridistas. Ramos se incorporó al ataque en el 62’ y centró, Cristiano Ronaldo peinó y Benzema, en el segundo palo, no llegó a rematar por centímetros. Cinco minutos más tarde Isco recibió en la frontal, pero su disparo no encontró portería. El asedio era ya descarado. El Real Madrid llegaba y llegaba y el Atlético se limitaba a sacudirse la presión como podía.
Bale, tras combinar con Cristiano Ronaldo en la frontal, lo intentó en el 72’, pero su disparo se marchó fuera. Tres minutos más tarde Di María sacó la falta, Varane prolongó de cabeza y el portugués, en escorzo, no encontró portería. Los blancos estaban mereciendo, al menos, empatar y lo hicieron además en un momento psicológico. Así es este equipo. No se da por vencido hasta el final. Kuipers había añadido cinco minutos y cuando sólo quedaban dos para la conclusión Modric sacó el córner y Ramos, imperial como en Múnich, batió a Courtois de cabeza. Se pudo.

Una prórroga para el recuerdo
El éxtasis para la afición blanca llegó en la prórroga. Después de una primera mitad en la que apenas se vieron ocasiones, en la segunda se escribió uno de los momentos más épicos de la historia del club. Tres goles que se quedarán para siempre guardados en la memoria de los madridistas y una simbiosis total con la afición. Morata recuperó el balón en el centro del campo y se lo cedió a Di María, que se marchó de dos rivales y disparó. El rechace de Courtois lo introdujo Bale a la red con la cabeza en el 110’.
Ya se había logrado lo más complicado y los blancos cerraron el encuentro con el tanto de Marcelo desde la frontal en el 118’ y el de penalti sobre Cristiano Ronaldo que él mismo transformo en el 120’ para poner el broche de oro a una Champions League que termina con 17 goles. Algo inédito hasta la fecha. Sí se pudo. ¡Enhorabuena campeones! La Décima es ya una realidad.
(Página Oficial del REAL MADRID)