Algunas veces las fluctuaciones de las cotizaciones cumplen con tanta precisión las proyecciones del análisis, que algún visionario llega a creer que las variaciones de los precios son consecuencia de las previsiones. Nada más lejos de la realidad. Por mucho que ese tipo de cosas sucedan, el análisis ni puede ni debe pretender realizar una predicción. El análisis solo tiene, nada más y nada menos, que la capacidad de realizar un reparto de probabilidades sobre lo que puede suceder.
El oro cumplió al pie de la letra con el guión escrito hace una semana. Con una verticalidad casi idéntica al descenso hasta el soporte proyectado en los 1.260 dólares, el giro y cambio de dirección le plantó a las puertas de la resistencia de los 1.300 dólares que necesita superar para aumentar las probabilidades de continuidad alcista y de nuevos máximos anuales, pero es poco probable que pueda superarlo en un primer intento. (+Finanzas.com)