Las finanzas de Grecia son prácticamente inviables. El Fondo Monetario Internacional (FMI) reconoce que incluso cumpliendo el programa que estaba en vigor hasta el pasado martes “los riesgos para la sostenibilidad de la deuda eran muy significativos, especialmente vulnerables a una caída del crecimiento o a un deterioro del superávit primario [el saldo antes del pago de intereses] y con una alta probabilidad de que no pueda ser considerada sostenible”, admite el Fondo.

El Fondo hizo público ayer su informe preliminar sobre la sostenibilidad de la deuda de Grecia, que resulta bastante duro con la situación de las finanzas helenas y la política aplicada por el Gobierno de Alexis Tsipras, que llegó al poder en enero pasado. A su juicio, los cambios introducidos en las políticas y las perspectivas desde principios de año han provocado un aumento sustancial de las necesidades financieras del país. Según sus cálculos, hasta finales de 2018 las necesidades de financiación de Grecia ascienden a 51.900 millones de euros, “lo que requerirá una nueva aportación europea de, al menos, 36.000 millones de euros durante ese periodo”.

Más aún, el organismo que dirige Christine Lagarde reconoce que, incluso con esa ayuda y en un escenario mucho menos benévolo para la economía y las finanzas griegas de lo que había previsto el Fondo, “sería necesaria una quita de la deuda, una reestructuración de las actuales condiciones de financiación y fijar los tipos de la deuda en los niveles actuales”.

La recomendación del FMI se produce apenas dos días después de que Grecia declarara el impago de sus vencimientos de junio con el organismo, por unos 1.600 millones de euros. En esas condiciones, las normas del organismo le impiden participar en un nuevo programa de asistencia financiera mientras Grecia siga siendo morosa.

Fuente:ElPais.com