Rusia tenía un estatus preferente en materia de comercio con EE.UU. desde el año de 1991, lo que facilitaba la venta y compra de productos. El entonces presidente estadounidense, George H. W. Bush, ofreció esa distinción a su homólogo ruso Boris Yeltsin, durante una cumbre mantenida en Washington tras la caída de la Unión Soviética y la normalización de relaciones bilaterales.

Pero Joe Biden firmó este viernes una ley que revoca ese estatus de socio preferente, y manifestó a la prensa: «Putin es un agresor, es el agresor, y Putin pagará el precio. No puede comenzar una guerra que destruye los mismos cimientos de la paz y la estabilidad internacional, y a la vez pedir ayuda financiera a la comunidad internacional».

También el resto de los países del G7, pronto se sumarán a estas represalias

Washington busca aumentar la presión sobre el Kremlin ampliando las sanciones a las importaciones y exportaciones de lujo

Estas sanciones llegan después de  la invasión rusa a Ucrania, que según Washington están orientadas a cortar el financiamiento del Kremlin y de «las élites que sostienen la maquinaria de guerra». El valor de las importaciones bloqueadas al país norteamericano se calcula alrededor de los 1.000 millones de dólares anuales.

Según la Casa Blanca, esto garantizará que sus ciudadanos no proporcionen artículos de lujo, como relojes de alta gama, vehículos de lujo, ropa de alta gama, alcohol de alta gama, joyas y otros bienes que compran con frecuencia las élites rusas, a la vez de cortar los ingresos de los oligarcas por la venta de productos de sus objetos de lujo en occidente. (Agencias)