Mientras el BCE prepara la retirada de los billetes de 500 euros tenga nada que ver con un supuesto plan oculto para terminar con el dinero en efectivo (entre otras cosas, para animar supuestamente la actividad económica) otro banco central ha decidido adelantarse a los tiempos y dejará de emitir dinero: Fantasía.
El castillo más famoso de Disney va a dejar de emitir este dinero, de curso legal sólo en los parques del gigante de la ilusión y el entretenimiento, porque su aceptación entre los clientes ha caído en los últimos tiempos.
Su funcionamiento no era demasiado complicado y, de hecho, si Mickey Mouse fuese el gobernador del banco central de Disney, no habría tenido demasiado trabajo a la hora de decidir su política monetaria: imprime más billetes cuando falten en circulación, y fija su tipo de cambio en la paridad absoluta respecto al dólar americano.
Dicen en la compañía que los billetes, que salieron a la calle en 1987, cada vez se usaban menos por la extensión del dinero eléctronico y de cheques de regalo en forma de tarjeta de crédito. Y es que esa era la principal funcion de este peculiar papel moneda: potenciar la sensación de estar en un mundo mágico, y fomentar el coleccionismo entre los clientes más fieles.
Respecto a sus motivos, no eran fijos y de hecho variaban a menudo con cada emisión anual. En los billetes de un dólar era frecuente encontrar el castillo de Fantasía, mientras que en los de cinco podía representarse a las inevitables princesitas, como La Bella Durmiente. En los de diez dólares se llegó a ver a Stitch (el simpático extraterrestre que aterrizó en Hawaii) pero era más habitual el Pato Donald, mientras que los escasos billetes de 50 dólares estaban reservados para el simpático roedor parlante de apellido Mouse.