Dagua (Colombia) (EFE).- En las montañas del departamento colombiano del Valle del Cauca las raíces del cannabis cada vez crecen más y se expanden con fines dedicados a la investigación, la transformación y el uso medicinal, alejándose del microtráfico y la violencia.

En el municipio de Dagua, por ejemplo, hay proyectos como “Green Leaf”, un emprendimiento que nació en 2017 gracias a la unión de cuatro amigos. Y que en 2022 vendió más de 800 kilos de flor de cannabis prémium medicinal a más de 15 empresas legales con las licencias que requiere la regulación colombiana

“Tenemos cultivos con fines de extracción a los que le sacamos cremas, pomadas, aceites y demás derivados. Con el paso del tiempo, las empresas a las que les hemos vendido ya han creado nuevos productos que se exportan por todo el mundo”, dice a EFE Camilo Martínez, socio fundador de la compañía.

Como él, son más de 40 los emprendimientos en el Valle del Cauca -y cerca de 4.000 en Colombia- que cuentan con licencias para el aprovechamiento de la planta con fines medicinales y comerciales, que ven en el cannabis el nuevo “oro verde” que podría impulsar la economía del país.