Un grupo de prestigiosos expertos en este campo encontró en 2020 (y actualizó en 2022) una manera de hacer esta estimación, y concluyeron que en Europa, en la última década, el 54% de los embarazos en los que el feto tenía Down fue interrumpido

Según la lógica de las cifras, en teoría en Europa debiera haber hoy una proporción mucho más alta de niños con síndrome de Down que en el pasado. Pero en la práctica, ocurre todo lo contrario. Porque aunque cada vez se conciben más niños con esta alteración cromosómica, cada vez son menos los que llegan a nacer.

Es una paradoja compleja, que suele enfrentar a grupos a favor y en contra del aborto, pero que también involucra temas como la libertad de las mujeres a elegir, la inclusión y la diversidad.

La tendencia ha sido estudiada sobre todo en Europa.

A comienzos de la década de 1980 las mujeres europeas tenían, en promedio, cerca de 1 posibilidad entre 800 de tener un bebé con síndrome de Down.

El progresivo aumento de la edad materna en las cuatro décadas que siguieron hizo que esas probabilidades ascendieran a 1 en 460, dado que, cuánto más mayores son las madres, más grandes son las posibilidades de que el feto presente este trastorno genético, que puede causar distintos grados de discapacidad intelectual, además de problemas de corazón, digestivos y de otros órganos.

Los avances tecnológicos de las últimas décadas, que permiten detectar el Down y otras anomalías en el útero, sumado a la legalización del aborto en la mayoría de los países europeos han llevado a que cada vez más mujeres opten por poner fin a su embarazo cuando se detecta la presencia de trisomía 21, el nombre formal del síndrome (que causa tres copias del cromosoma 21).

“Los países no llevan un registro de cuántos abortos se realizan porque se detecta que el feto tiene Down”, le explicó a BBC Mundo una vocera de Down Syndrome International.

Sin embargo, un grupo de prestigiosos expertos en este campo encontró en 2020 (y actualizó en 2022) una manera de hacer esta estimación, y concluyeron que en Europa, en la última década, el 54% de los embarazos en los que el feto tenía Down fue interrumpido.

Esa cifra es un promedio y varía fuertemente entre países. En algunos, los abortos ocurren en 8 de cada 10 embarazos en los que se detecta el síndrome.

Si se lo compara con los años 80, cuando recién empezaron a utilizarse las pruebas de detección prenatal, puede verse lo drástica que fue la caída en el porcentaje de nacimientos de niños con Down.

En esa época, el 90% de las embarazadas que esperaban niños con Down los daba a luz. En la última década esa cifra se redujo a la mitad.

“Dicho de otro modo, esto significa que en los últimos años hubo un 50% menos de bebés con síndrome de Down de los que podrían haber nacido en Europa”, resumió el pionero estudio realizado por el neerlandés Gert de Graaf, el británico Frank Buckley y el estadounidense Brian Skotko.

De acuerdo a la investigación, España es donde más han aumentado los abortos de nonatos con esta alteración. Se calcula que en el período 2011-2015 el 83% de los embarazos con Down en ese país no llegó a término.

En Islandia al que algunos han acusado de buscar “eliminar el síndrome de Down” debido a los pocos nacimientos de niños con este trastorno-, esa cifra fue del 69%.

Otro dato que arrojó el trabajo de De Graaf, Buckley y Skotko fue que la proporción de abortos selectivos fue mayor en los países del sur de Europa (72%) que en los nórdicos (51%) y los de Europa del este (38%).

Consultado sobre la situación en otras regiones del mundo, incluyendo América Latina, Skotko explicó que aún no se cuentan con los datos oficiales suficientes para realizar la investigación en esos lugares. (Agencias)