Wall Street Journal
Argentina se ha ganado la fama de ser el país que más se empobrece del mundo y ahora el gobierno de Kirchner parece dispuesto a permitir que su economía y el bienestar de sus ciudadanos se deterioren aún más. En lugar de negociar un acuerdo con sus acreedores, Argentina está a punto de volver a entrar en default.
Buenos Aires tiene hasta este miércoles para hacer frente al pago de los intereses de sus bonos o caerá oficialmente en impago por segunda vez en 13 años. Argentina sostiene que está dispuesta a pagarles a los bonistas que aceptaron recibir menos de 30 centavos de dólar por cada dólar de deuda en una reestructuración posterior a su default en 2001.
No obstante, el juez estadounidense Thomas Griesa ha dicho que Argentina no puede pagarles a esos bonistas sin pagar también a los llamados holdouts, que no aceptaron la quita de 30 centavos de dólar y han ganado algunos casos en los tribunales de EEUU contra Argentina. Buenos Aires rechaza pagar a los holdouts, a los que llama fondos buitre.
El gobierno de Cristina Fernández de Kirchner se ha dedicado en este último mes a vilipendiar a los holdouts, al juez Griesa y a los tribunales de_EEUU. La conclusión difícil de evitar es que Argentina prepara el terreno político para un default por el que planea culpar a los malvados gringos del norte.
El Gobierno ha publicado anuncios a página entera en diarios estadounidenses, incluido The Wall Street Journal, atacando a los acreedores y el juez Griesa.
Los ministros argentinos Axel Kicillof y Héctor Timerman aprovecharon una reunión en la Organización de Estados Americanos para denunciar a EEUU y pedir que fuera un tribunal internacional el encargado de decidir sobre la reestructuración de su deuda. «El problema del default y de la reestructuración, no es un problema de la Argentina, sino del capitalismo mundial, del sistema en el que vivimos», declaró Kicillof.
En cualquier caso, hace falta valor para acusar a los tribunales de EEUU de corruptos, teniendo en cuenta que Argentina pisotea los derechos de propiedad a su antojo. Recordemos, por ejemplo, la expropiación de Repsol por parte del Gobierno de Kirchner. (Expansión.com)