El “CLUB DE LA UNIÓN”, es una asociación civil peruana ubicada en el corazón de Lima exactamente en  la Plaza Mayor de la ciudad dentro del centro histórico de la capital  limeña, fundado el 10 de octubre de 1868,  el club ha conseguido juntar, a lo largo de los años, a un nivel muy calificado de la sociedad  de la clase media limeña.

 

Historia

Primeros años

El 10 de octubre de 1868, sesenta asociados pertenecientes al Club Nacional, liderados, entre otros, por Miguel Grau Seminario, decidieron retirarse de dicha institución y se reunieron en un bar del centro de Lima, acordando constituir una nueva asociación a la que denominaron como “Club de la Unión”.

Los integrantes de dicha institución eligieron a don Enrique de Armero Campos como su primer Presidente y alquilaron un local ubicado en el segundo piso de un edificio en la esquina del Jirón Carabaya y la Plaza de Armas, en la esquina que coincide con la Catedral de Lima. Un año después, se produjo la reconciliación de los antes mencionados asociados con su institución anterior y se reintegraron al Club Nacional. La reconciliación incluyó que el primer Presidente del Club de la Unión pasara a ser un nuevo Presidente del Club Nacional, como expresión de la unidad lograda.

Entre sus fundadores se encuentran varios peruanos que luego, al estallar la Guerra del Pacífico, se convertirían en héroes, entre ellos Miguel Grau Seminario, Alfonso Ugarte y Francisco Bolognesi.

Dos de sus presidentes, Manuel Candamo Iriarte y Lizardo Montero Flores llegaron a ejercer la Presidencia de la República del Perú.

Local propio

El Club de la Unión permaneció durante décadas en dicho local alquilado hasta que, por la acertada gestión de su Presidente Pedro Pablo Martínez Ledesma, se trasladó a su edificio propio en la Plaza de Armas, gracias a una generosa donación del terreno efectuada por el filántropo don Víctor Larco Herrera.

Este hecho tuvo dos etapas, pues el terreno donado es el que actualmente ocupa el Palacio Municipal de Lima. Sucede que el Presidente de la República Oscar R. Benavides y el Alcalde de Lima Héctor Boza, se reunieron con el Presidente del Club de la Unión, General Pedro Pablo Martínez, y le expusieron su pedido de que el club, que ya había construido tres pisos de su edificio, construyera un nuevo edificio de características similares en un terreno colindante en la esquina de la Plaza de Armas y el Jirón Callao. Se acordó que el Estado compensaría al club por la inversión efectuada, con la finalidad de que la Municipalidad de Lima colindara con el Palacio de Gobierno.

Pero luego apareció una circunstancia perturbadora. La señora Anita Fernandini de Naranjo, entonces Presidenta del Comité Pro Basílica de Santa Rosa, propuso el proyecto de un pasaje entre la Avenida Tacna y la Plaza de Armas destinado a que desde la Basílica de Santa Rosa se viera, al frente, a la Catedral de Lima. Esto determinó un recorte en la extensión de la fachada del Club, para dar paso al pasaje que ahora existe sólo en una cuadra, hasta el Jirón Camaná, pues la Municipalidad de Lima abandonó el proyecto del pasaje no obstante haber expropiado ya dos docenas de inmuebles intermedios.

El General Martínez, quien se había alejado de la presidencia del club por discrepancias a las que calificó de ingratitudes desleales, recibió el pedido de los más importantes y prestigiados asociados del club de retirar su declinación y culminar la obra que con tanto esfuerzo institucional había realizado. Este retorno del dinámico Presidente permitió la conclusión de las obras de construcción y de equipamiento del Club de la Unión.

Modernidad

Basta efectuar un recorrido por la “Galería de Presidentes”, ubicada en el tercer piso de club, para recorrer la historia institucional y comprobar que muchos de los expresidentes del club han sido Presidentes del Congreso de la República, Presidentes del Poder Judicial, Ministros de Estado, Embajadores del Perú y Dignatarios del Estado.

El incremento de la membresía institucional logrado gracias a los avances físicos logrados y al notorio prestigio público del club, que fue de 1,000 a 13,000 asociados aproximadamente, trajo como consecuencia el incremento del patrimonio institucional nada menos que de $200,000 a $20,000,000.

Correspondió al club, desde el año 2002, colaborar activamente con el entonces Patronato de Lima en sus esfuerzos por la defensa de los valores constitutivos del centro histórico de Lima. Desaparecida dicha entidad cívica, el club fue el gestor y artífice de la conformación y fundación del Grupo de Apoyo del Centro Histórico de Lima (PromoLima), institución a la que dio cabida y respaldo, habiendo merecido la distinción de que la presidencia de la misma recayera en un asociado del Club de la Unión.