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El piloto sufrio sin infarto y fue sustituído por otro piloto de combate que viajaba en el pasaje

Podría ser una frase de película, pero sonó en la megafonía de un Boeing 737 que volaba a 9.000 metros de altura con 157 personas a bordo. Y sin piloto.
El pasado 30 de diciembre  un piloto sufrió un infarto en pleno vuelo entre Des Moines y Denver.
El capitán de las Fuerzas Aéreas Mike Gongol, antiguo piloto de los grandes bombarderos B1-B, se dio cuenta de que algo no iba bien cuando los motores se pararon. Enseguida, el avión se inclinó hacia la derecha y comenzó a descender.
«Una azafata preguntó por la megafonía si había un médico a bordo», declaró Gongol en una entrevista que se ha dado a conocer recientemente. A continuación, los auxiliares de vuelo salieron corriendo hacia la primera clase con el botiquín de primeros auxilios y el carrito de las bebidas.
Aterrizaje de emergencia
Al cabo de unos instantes, por la megafonía sonó un mensaje aterrador: « ¿Hay algún piloto a bordo? Por favor presionen su botón de llamada». Según ha declarado, Gongol miró a su mujer y se dirigió a la cabina de mando.
El piloto estaba sufriendo un ataque cardíaco y la copiloto estaba muy nerviosa. Según explica Gongol, ella le preguntó: ¿Eres piloto? ¿Qué vuelas?
Ambos se quedaron callados. «Ella estaba en una situación seria y esa pregunta le dio cinco segundos para evaluar si yo sería útil. Yo también tuve cinco segundos para preguntarme si ella estaba sufriendo un ataque de pánico o estaba bien para volar el avión».
Finalmente, se sentó a los mandos para ayudar al copiloto, quien le confesó que nunca había aterrizado en el aeropuerto al que se dirigían. Por fortuna, Gongol lo había hecho y le pudo hablar de él.
«Todo el mundo a bordo estaba calmado, no hay duda de que esto contribuyó por encima de todo a que todo fuera bien», dijo Gongol.
Finalmente, el avión aterrizó sin incidentes y el piloto que sufrió el infarto pudo sobrevivir. (Agencias)