
Hanna Bordage pensó que sus síntomas se debían a que empezó la escuela y cambió de entorno.
A Hanna Bordage le diagnosticaron cáncer a los 19 años.
Bordage sufría de dolor de cuello crónico antes de su diagnóstico.
Ahora, comparte su historia en línea para alertar a las personas sobre síntomas de cáncer potencialmente desconocidos.
Hanna Bordage nunca supo que el dolor de cuello podía ser un signo de cáncer.
Tras graduarse de la preparatoria, se dirigió a la universidad en Nuevo Brunswick, Canadá, donde jugó fútbol americano. A pesar de comenzar una nueva etapa emocionante, la entonces joven de 19 años se cansaba constantemente y sentía que no estaba jugando al máximo de sus posibilidades. Sin embargo, lo atribuía a los cambios recientes en su vida.
Después de un tiempo, empezó a experimentar dolor de cuello crónico, pero no lograba determinar su causa. Como estudiante de premedicina con la esperanza de convertirse en doctora algún día, Bordage tomaba clases de biología con la esperanza de descubrir la raíz de sus problemas.
«Recuerdo que pensé: ‘Ojalá pudiera averiguar qué me pasa, qué me pasa en el cuello'», le cuenta a PEOPLE. «El único síntoma extraño, que no tenía explicación, era el dolor de cuello que me producía al beber».
«Tomaba una copa de alcohol y, en cinco o diez minutos, me dolía el hombro y el cuello», añade. La edad legal para comprar y consumir alcohol en la provincia canadiense donde vive Bordage es de 19 años.
Además del dolor de cuello, Bordage sufría sudores nocturnos, pero asumió que se debía a que la temperatura en su dormitorio era más alta que la de su casa de la infancia.
No fue hasta que recibió un golpe en la cabeza durante un entrenamiento de fútbol que la enviaron al médico. Mientras la revisaban para ver si tenía una conmoción cerebral, descubrieron algo mucho más grave.
Cuando su médico le realizó una tomografía corporal completa, notó que Bordage tenía un soplo cardíaco. Entonces, le solicitó un ecocardiograma (ECO) y un electrocardiograma (ECG). Para cubrir sus necesidades, Bordage también solicitó una resonancia magnética.
Tras todas las pruebas, le pidieron a Bordage que regresara al hospital al día siguiente. Fue entonces cuando los médicos revelaron que habían encontrado un tumor de 12 centímetros cerca del corazón. Inicialmente, los médicos sugirieron que podría tener cáncer de sangre.
“Me llevó días y semanas, y cuando finalmente me hicieron la biopsia, fue cuando vieron que era un linfoma de Hodgkin en etapa avanzada. Me dijeron: ‘Vas a necesitar quimioterapia. Vas a necesitar 12 rondas, y si eso no funciona, vas a necesitar radioterapia’”, recuerda.

Bordage agradece a su familia, sus amigos y su equipo de fútbol por ser su sistema de apoyo incondicional. (People)