Solo tomó unos días para que la última decisión de la Reserva Federal sobre las tasas de interés envejeciera mal.

El banco central de EE.UU. anunció el miércoles que mantenía los costos de los préstamos sin cambios una vez más, prolongando un patrón de espera que comenzó en enero. Ese mismo día, el presidente de la Fed, Jerome Powell, dijo a los periodistas que un mercado laboral “sólido” permite a los directivos del banco central darse el lujo de esperar para ver cómo los aranceles del presidente Donald Trump afectan los precios antes de reanudar los recortes de tasas que podrían ayudar a impulsar el empleo, pero que también podrían reavivar la inflación.

Solo dos días después, resultó que el mercado laboral está en una situación más inestable de lo que Powell había sugerido. Puede que tome un poco más de tiempo saber si ese es realmente el caso.

Pero la Fed podría haber quedado en ridículo. Consultada por CNN, el organismo no respondió a una solicitud de comentarios.

El viernes, el Departamento de Trabajo informó que los empleadores agregaron solo 73.000 empleos en julio, muy por debajo del umbral de crecimiento mensual necesario para mantenerse al ritmo del crecimiento poblacional. Mientras tanto, la tasa de desempleo subió a 4,2 % desde 4,1 %.

Y el informe mensual fue incluso peor de lo que parece: el Departamento de Trabajo también revisó drásticamente a la baja las cifras de creación de empleo de los dos meses anteriores.

Ahora está claro que el crecimiento del empleo ha sido anémico, según los datos recién revisados: el ritmo promedio de crecimiento mensual de empleos entre mayo y julio fue el más débil de cualquier otro periodo de tres meses desde 2009, con la excepción de la recesión pandémica de 2020. (CNN)