Cera de 22 horas tardaron las autoridades en contar fajos de billetes en 160 paquetes.

El exfuncionario José López fue durante 12 años mano derecha del poderoso exministro kirchnerista de Planificación Federal, Julio de Vido (2003-2015).

(AFP) Un exviceministro arroja casi US$ 9 millones al jardín de un monasterio, una monja lo defiende porque se trata de un “hombre muy bueno”, en Argentina parece escribirse el capítulo de una novela negra con sus infaltablesingredientes de corrupción y fortunas ocultas.
Casi 22 horas tardaron hasta este miércoles las autoridades en contar fajos de billetes en 160 bultos. El exfuncionario José López fue durante 12 años mano derecha del poderoso exministro kirchnerista de Planificación Federal, Julio de Vido (2003-2015). Manejaba las obras públicas.
“Son US$ 8’982,047, 153,610 euros, 425 yuanes y 49,800 pesos, más dos reales de Catar”, detalló el presidente del estatal Banco Provincia, Juan Curuchet, custodio del dinero mal habido.
La escena ocurrió la madrugada del martes en la puerta de una casa religiosa de General Rodríguez, 50 kilómetros al oeste de Buenos Aires. Tuvo como actores de reparto a dos monjas muy ancianas que dormían en el lugar y un vecino que llamó a la policía al ver que un hombre tiraba bolsos por encima del muro del monasterio.
“Estaba medio loco. Decía: ‘Me van a llevar preso’. Le pregunté por qué y me dijo: ‘Porque yo robé dinero para venir a ayudar acá’”, relató a radio La Red una religiosa no identificada del Monasterio de las Monjas Orantes y Penitentes de Nuestra Señora de Fátima.
La abogada de López, Fernanda Herrera, confirmó que su defendido “está muy mal”. “Tiene alucinaciones, escucha voces, está delirando”, afirmó la letrada.
Pero tras ser atendido en un hospital zonal, los médicos descartaron que tenga una patología psiquiátrica.
“Estaba un poco tensionado e hipertenso, pero no otra cosa. No detectamos ninguna patología y fue externado”, declaró el jefe de guardia, Patricio Diez.
La monja reconoció a López como una persona amiga del lugar, al igual que al exministro De Vido, ambos muy cercanos al arzobispo Rubén Di Monte, conocido en el barrio como el “párroco K” y fallecido en abril pasado.
“Es un hombre muy bueno. Acá venía una vez al año y nos ayudaba”, apuntó la religiosa.